El sábado por la noche, en el estadio El Pueblo de Cali, Andrés Calamaro protagonizó una escena digna de su leyenda. Mientras interpretaba “Flaca”, hizo una encendida defensa de la tauromaquia, criticó la reciente prohibición de las corridas en Colombia y fue premiado con una sonora silbatina del público. No contento con el intercambio, cortó la canción, lanzó un “¡Hasta nunca!” y abandonó el escenario.

La banda siguió tocando. El “Salmón”, sin embargo, volvió unos minutos más tarde. No pidió disculpas ni explicó su reacción. Terminó el concierto, agradeció con frialdad y dejó a Cali envuelta en un eco de preguntas.

No es la primera vez que Calamaro se lanza a opinar sin red: ha defendido la caza, criticado a los “animalistas nazis” y aplaudida a gobiernos de ultraderecha. En las redes, reafirmó su postura: “Los toros también son cultura”. Pero esta vez el juego le salió cruzado. En un país donde el Congreso acaba de abolir las corridas -por seis votos y tras años de debate-, su arenga sonó más a provocación que a manifiesto.

Calamaro confirmo que se presentará el 25 y 26 de noviembre en el Movistar Arena de Buenos Aires.