October 30, 2025
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un cuento de ultratumba repleto de melancolía y belleza

  • October 29, 2025
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El regreso a la pantalla grande de El cadáver de la novia (2005) se siente como un redescubrimiento: no solo de un filme, sino de una manera de

un cuento de ultratumba repleto de melancolía y belleza


El regreso a la pantalla grande de El cadáver de la novia (2005) se siente como un redescubrimiento: no solo de un filme, sino de una manera de ver el cine de animación y de ver la muerte y el amor a través de la mirada singular de Tim Burton. Cada fotograma es una mezcla de melancolía, humor negro, estética gótica y ternura. Recobrarla en su versión restaurada o con copias de cine en Argentina este 30 de octubre, justo para la víspera de Halloween, no es un evento menor, sino una invitación al rito: prender la pantalla, apagar el mundo exterior y dejarse habitar por ese universo en el que lo macabro se vuelve bello, lo sepulcral se abraza y lo terrenal se cruza con el ultratumba.

Burton, ya instalado como autor reconocido del cine fantástico, sigue insistiendo en ciertos pasajes estilísticos: la soledad estética del outsider, la identidad comprimida, los mundos gemelos (vida/muerte, realidad/fantasía) y la fascinación por los objetos, por lo que está inmóvil, por lo que ya no está vivo. En El cadáver de la novia esas obsesiones se condensan en la figura de Victor Van Dort, un tímido prometido que, sin quererlo, se casa con Emily: la novia cadáver. Aquí Burton reflexiona sobre el matrimonio, la muerte, el duelo, lo que dejamos pendiente, lo que aceptamos y lo que repudiamos. La muerte se convierte en metáfora, no solo del fin sino del cambio radical, de esa detención que obliga a ver con claridad lo que antes ignorábamos.

“El cadáver de la novia”: un cuento de ultratumba repleto de melancolía y belleza
«El cadáver de la novia» regresa a los cines.

Si bien Burton divide la autoría con Mike Johnson, quien se ocupó de la dirección diaria de animación, lo que vemos es una película profundamente “burtoniana”: diseño de personajes deformados, contrastes entre mundos, humor negro que no es solo textura sino sustancia. Esta obra se convirtió en una bisagra para el estudio del stop-motion en el siglo XXI, una técnica que el propio Burton reivindica con fervor: «Hay algo de energía en el stop-motion que no puedes describir… dar vida a lo que no la tiene», decía en relación con este medio.

Hablar de El cadáver de la novia es también hablar de la técnica. Los datos son impresionantes: más de 300 marionetas fabricadas con brazos de acero, cubiertas de silicona o espuma, cada cabeza equipada con mecanismos para manipular la boca, las cejas y los ojos. Los personajes se animaron fotograma a fotograma, con el ritmo de producción típico del stop-motion: apenas dos minutos finales de película por semana de rodaje. A nivel cinematográfico, fue uno de los primeros largometrajes de animación en stop-motion grabados con cámaras digitales tipo DSLR en lugar de cámaras de 35 mm convencionales. El resultado: una textura visual exquisita, que conjuga lo artesanal con lo moderno, el gesto humano con la máquina, el tacto y la metáfora.

“El cadáver de la novia”: un cuento de ultratumba repleto de melancolía y belleza
El mundo de los muertos que encuentra Burton es infinitamente más sensible que el de los vivos.

El contraste entre el «Mundo de los Vivos» (pigmentos fríos, austeridad, grises) y el «Mundo de los Muertos» (colores más vivos, azul-turquesa, verde-agua, luces dramáticas) no es mero capricho. Esa dualidad visual acompaña la dicotomía que Burton explora: vida que se espera vs. vida que se perdió, promesa que no se cumplió vs. liberación inesperada. Cada plano es una atmósfera y cada atmósfera opera como un personaje más.

La historia de El cadáver de la novia se inspira en un cuento popular ruso-judío del siglo XIX, adaptada por Burton y sus colaboradores para un escenario victoriano ficticio. Victor Van Dort (voz de Johnny Depp) se prepara para casarse con Victoria Everglot (voz de Emily Watson), pero, por accidente, pronuncia sus votos al colocar el anillo en lo que creía una rama… y que resulta ser el dedo de Emily (voz de Helena Bonham Carter). A partir de allí, la narración transcurre entre el mundo de los vivos y el de los muertos, con humor, música, absurdo y emoción.

Lo que muchos perciben como cuento gótico tiene capas: es una comedia romántica, una fábula sobre el miedo al compromiso, la inmadurez del protagonista, la liberación que produce el dolor, la obligación del duelo y la capacidad de redención. Frente al tradicional «felices para siempre», Burton plantea algo más sutil: la aceptación, la liberación, la libertad incluso en la muerte. Y en ese sentido Emily no es villana, sino espíritu liberador.

“El cadáver de la novia”: un cuento de ultratumba repleto de melancolía y belleza
El film de Burton cumple 20 años.

El regreso de la película al cine argentino en vísperas de Halloween no es una coincidencia: funciona como rito de paso para una obra que conjuga miedo, ternura, ruptura y transformación. Para el espectador contemporáneo, que ya vive en un mundo de animación digital hiperrealista, verla en la sala supone redescubrir lo hecho a mano, lo pasajero, lo humano. Y además, en Argentina esa experiencia tiene una resonancia más profunda: contemplar la muerte, la nostalgia, la promesa incumplida, la liberación posible. Ingresar al cine y revivir El cadáver de la novia es una invitación a recordar que el cine de Burton siempre ha sido testigo de lo marginal, de lo excluido, de lo que late diferente.

Porque Burton no se conformó con hacer una película «temática» sobre la muerte o el amor. Transformó la técnica, transformó la estética, transformó el tono. El stop-motion aquí no es nostalgia, es presente. La historia no es cuento para niños, es reflexión para adultos. Y visualmente, la película ha envejecido tan bien como las películas clásicas de animación: su textura, su ritmo, su audacia permanecen vigentes.

“El cadáver de la novia”: un cuento de ultratumba repleto de melancolía y belleza
Los perros siembre tienen un lugar en el mundo del cineasta.

Verla hoy es preguntarse qué entendemos por «vivir»: ¿Es solo moverse, respirar, trabajar? ¿O es también atreverse a decir lo que tememos, a mirarnos al espejo de la pérdida, a comprobar que a veces la liberación pasa por aceptar que algo terminó? El cadáver de la novia ofrece esas preguntas, y lo hace sin solemnidad, con música, con humor, con marionetas que se mueven lentamente y sobreviven con intensidad.

Para un diario cultural de primer nivel en Argentina, esta proyección es motivo de celebración, de revisitación y de aprendizaje: porque el cine de animación no está reservado a la infancia, ni la muerte solo a la tristeza, ni la belleza a lo evidente. Y porque Burton sigue demostrándonos que el corazón late en lo roto, en lo olvidado, en lo que jamás debimos dejar pasar.

“El cadáver de la novia”: un cuento de ultratumba repleto de melancolía y belleza
Burton no se conformó con hacer una película sobre la muerte y el amor.

El cadáver de la novia

Director: Tim Burton y Mike Johnson. Guion: John August, Caroline Thompson y Pamela Pettler. Música: Danny Elfman. Técnica: animación stop-motion con cámaras digitales DSLR. Reestreno: 30 de octubre. En cines.



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