“Cada personaje llega porque tiene algo que enseñarte”
- November 2, 2025
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Actriz, directora, dramaturga y guionista. Más de 40 años de trayectoria la acompañan para pensar la escena con los acontecimientos del pasado y la mirada en el presente.
Actriz, directora, dramaturga y guionista. Más de 40 años de trayectoria la acompañan para pensar la escena con los acontecimientos del pasado y la mirada en el presente.
									 
Actriz, directora, dramaturga y guionista. Más de 40 años de trayectoria la acompañan para pensar la escena con los acontecimientos del pasado y la mirada en el presente. Patricia Palmer pasó por todos lados, quizás porque cree que el arte es una herramienta de transformación muy potente. Actualmente conduce Siempre a tiempo (Canal de la Ciudad), actúa en Volvió una noche (El Tinglado Teatro) y dirige Creer y reventar (Teatro Picadilly).
–¿Recordás el momento en que quisiste ser actriz?
–Desde que tengo uso de razón. Actué desde muy chica, sabía que eso era lo que quería hacer. Soy de Mendoza; a los cuatro años mi mamá me llevó a estudiar al Centro Catalán, un club donde hacían obras para chicos. Después hice danza, música… Toda mi infancia estuvo relacionada con el arte. Nunca tuve que pensarlo demasiado.
–¿Cómo era la escena teatral cuando empezaste?
–Los que veníamos de provincia soñábamos con la televisión. En Mendoza había teatro, pero no podías vivir de eso. Terminé el secundario, estudié pedagogía teatral y daba clases, pero no alcanzaba. La tele era la posibilidad de transformar mi pasión en un medio de vida.

–¿Cómo se veía aquella televisión de los ’80?
–Era otro mundo. Había tres o cuatro producciones por canal: Canal 9, 11 y 13 producían mucho. Hoy ya no existe eso. El teatro independiente casi no existía; ahora hay salas en todos los barrios. La escena cambió muchísimo.
–¿Puede volver la ficción nacional a la televisión abierta?
–No hay manera de amortizarla. No hay más telenovelas ni las va a haber. La torta publicitaria se diseminó entre redes, cable y streaming. Antes se repartía entre tres canales: ahora, entre miles de plataformas. Además, el país está empobrecido.
–¿Qué es lo que más te gusta de actuar?
–Es como si te preguntaran qué es lo que más te gusta de alguien que amás. Es el amor, es mi ser, mi esencia. Yo soy eso.

–También estudiaste psicología social. ¿Por qué te interesó?
–Siempre me gustó la psicología. Tengo una hermana psicóloga y un cuñado psiquiatra. Soy una estudiante crónica: estudié dramaturgia, guion, dirección, psicología clínica y psicodrama. Me interesa la conducta humana, entender por qué alguien hace lo que hace. Eso también es actuar: construir la psique de un personaje.
–¿La psicología te ayudó a componer mejor?
–Sin dudas. La actuación es construir pensamiento y conducta. Es lo mismo que estudia la psicología, pero desde otro lenguaje.
–Hace poco adoptaste un adolescente. ¿Cómo es esa experiencia?
–No puedo hablar mucho porque es algo íntimo, pero sí puedo decir que aliento a adoptar chicos grandes. Hay muchos niños que crecen en hogares sin familia, y no es tan difícil como se dice. Un chico grande tiene mucha conciencia y deseo de tener una familia. El sistema de adopción necesita difusión y menos prejuicios.

–También sos profesora de yoga.
–Empecé grande, a los cuarenta y pico. Hice dos profesorados: uno en la Asociación Nacional de Yoga y otro en Brasil. El yoga te ordena cuerpo, mente y alma. En teatro te da aire, concentración y presencia. Respirar bien es clave para actuar.
–¿Practicás todos los días?
–Sí. Voy tres veces por semana a clases y después practico sola. Yoga es meditación: respirar, estar en el presente. No podés hacer una postura pensando en la boleta de luz. Es como cantar o reírte a carcajadas: estás ahí, presente.
–¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
–Nada. Me encanta no hacer nada. Ese “nada” incluye mirar series, tomar mate con amigos, leer, dormir. Soy muy activa, pero defiendo el descanso. Dormir me encanta: repara todo.
–¿Alguna serie o película que te haya fascinado últimamente?
–The White Lotus. Me pareció brillante, muy bien escrita y actuada.

–¿Qué personaje te gustaría interpretar?
–Me gustaría hacer de Meryl Streep (ríe). Todo lo que hace me parece superior. Me gustan los personajes de composición, los marginales o los de humor.
–¿Cómo trabajás la creación de un personaje?
–Leo mucho, investigo. Trabajo obsesivamente hasta que de pronto algo aparece. Ahora, por ejemplo, hago una madre judía en Volvió una noche y terminé incorporando un acento que no estaba previsto. La satisfacción es cuando las mujeres judías me dicen: “Es igual a mi mamá”.
–¿Sentís que los personajes te transforman?
–Sí, todos. Creo que llegan porque tienen algo que enseñarte. Soy un poco mística: pienso que la vida es una transformación constante. Cada persona, cada libro, cada personaje te deja algo.

–¿Qué desafíos enfrentan hoy las mujeres en el ambiente?
–Muchos. Todavía hay desigualdad. Prendé cualquier noticiero: ocho varones y una mujer. Hemos avanzado, pero falta muchísimo. Lo importante es no enfrentarnos, sino ir codo a codo con los varones. Como dice Rita Segato, el feminismo no tiene que ocupar el lugar del hombre que queremos dejar atrás. Buscamos igualdad de derechos, no remplazarlos. «
