Joan Manuel Serrat volvió a cantar, tres años después de haber dejado los escenarios. Lo hizo en el Teatro Principal de Mahón, en Menorca, durante una gala solidaria organizada por la Fundación Clarós, de la cual forma parte. Su aparición tomó por sorpresa incluso a quienes seguían de cerca su retiro anunciado en 2022, pero Serrat eligió regresar -aunque fuera por una noche- para un concierto íntimo, cargado de emoción y sentido comunitario. “Tengo un compromiso especial con este concierto. Primero, porque soy patrón de la Fundación Clarós y, después, porque lo hacen aquí, en mi casa, en Mahón, y en un teatro con el que he tenido tanta relación”, explicó antes del recital.

Su presentación fue breve, pero significativa. No se trató de una vuelta a la actividad profesional ni de un intento de retomar las giras abandonadas tras El vicio de cantar. Fue, más bien, un gesto excepcional en el corazón de su propio territorio afectivo: Mahón, la ciudad donde pasa largas temporadas y donde su presencia forma parte del paisaje cultural. Allí, frente a un público que lo recibió con ovación y sorpresa, Serrat recordó que su retiro no implicaba silencio perpetuo. “Me retiré de los escenarios, pero no de la vida”, dijo con humor y una claridad que también deja entrever preocupación por el presente. “Por desgracia, hay muchos agujeros que tapar en esta sociedad”.

Serrat, siempre único

La función tuvo un sentido benéfico que el propio Serrat destacó como motivo del regreso. La Fundación Clarós trabaja desde hace años en proyectos de salud auditiva y apoyo médico, especialmente orientados a poblaciones vulnerables. Serrat, que colabora activamente con la organización, asumió esta gala como una responsabilidad afectiva y política, más allá del simple gesto artístico. Su aparición volvió a confirmar que su figura pública mantiene intacta la mezcla de compromiso y sensibilidad que marcó toda su carrera.

El concierto, tuvo momentos de enorme emotividad, y el simple hecho de volver a escucharlo cantar bastó para reactivar la memoria de una trayectoria que marcó generaciones. No hubo anuncio de nuevos proyectos ni insinuación de una actividad sostenida. Tampoco lo necesita: su presencia por una noche alcanzó para recordar por qué Serrat sigue siendo una referencia insoslayable de la música en español.