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Las políticas de transferencia de ingresos enfocadas en la niñez y la adolescencia volvieron a quedar en el centro del debate. Según un informe de la Oficina de
Las políticas de transferencia de ingresos enfocadas en la niñez y la adolescencia volvieron a quedar en el centro del debate. Según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), el entramado de asistencia estatal evitó que 2,6 millones de personas cayeran en la indigencia, en un contexto en el que la inflación sigue golpeando con fuerza a los sectores más vulnerables.
De acuerdo al documento, sin los programas AUH, Prestación Alimentar y Plan 1.000 Días, la indigencia sería un 82% más alta, lo que confirma que estos beneficios funcionan como un “piso de ingresos” que contiene a buena parte de la población argentina que ya vive al borde.
El análisis de la OPC también marcó diferencias claras en la evolución real de cada programa, en un escenario donde la pérdida del poder adquisitivo se volvió la regla.
AUH: la gran ganadora
La Asignación Universal por Hijo logró recuperar poder de compra desde finales de 2023, tras un aumento del 100%. Desde entonces, su valor se mantuvo estable gracias a la actualización mensual automática por IPC, lo que la convirtió en la prestación más resistente a la inflación.
Prestación Alimentar: la gran perdedora
En el otro extremo, la Prestación Alimentar mostró un deterioro sostenido. Al no contar con una fórmula automática de movilidad y depender de aumentos discrecionales, quedó desfasada frente al avance de los precios.
Plan 1.000 Días: robusto y estable
Tras un incremento del 500% en 2024, el programa logró mantener un valor real sólido, y su impacto sigue siendo significativo dentro del entramado social.
El informe también detalló que, en los últimos 15 años, la cobertura social se expandió de 4,7 millones de beneficios en 2009 a más de 7,4 millones en 2025. Esta estructura se sostuvo con una inversión constante cercana al 1% del PBI, consolidando uno de los sistemas de asistencia más amplios de la región.
Sin embargo, la OPC advierte que este crecimiento no implica consolidación de un sistema universal, sino una respuesta a la creciente vulnerabilidad: cada vez más familias dependen de la asistencia estatal para no caer en la pobreza extrema.
El documento concluye que el éxito del modelo paliativo depende de un factor clave: el crecimiento económico. Sin generación de empleo y recuperación del ingreso real, la red de contención seguirá expandiéndose, pero sin resolver el problema estructural que la alimenta.
