El iraní Jafar Panahi ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes
- May 24, 2025
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La película iraní Un simple accident, del director Jafar Panahi, se llevó la Palma de Oro del Festival de Cannes. No por previsible ni esperada deja de ser
La película iraní Un simple accident, del director Jafar Panahi, se llevó la Palma de Oro del Festival de Cannes. No por previsible ni esperada deja de ser
La película iraní Un simple accident, del director Jafar Panahi, se llevó la Palma de Oro del Festival de Cannes. No por previsible ni esperada deja de ser una gran noticia. Se trató de una de las mejores películas del festival y de la larga carrera de este veterano director que estuvo varias veces en prisión en Irán y que logró salir del país para estar presente en la ceremonia y recibir el premio emocionadísimo. La película se centra en un grupo de personas que fueron torturadas en la cárcel y que, después de que uno de ellos secuestra a quien creen que fue su torturador, deben decidir qué hacer con él.
Panahi completa con la Palma de Oro el “triplete” de premios principales en grandes festivales, ya que ganó el León de Oro en Venecia por El círculo (2000) y el Oso de Oro en Berlín por Taxi (2015), entre los muchos que consiguió gracias a los once films que logró realizar –varios en la clandestinidad– a lo largo de sus 30 años de carrera. Es el cuarto director en la historia del cine en lograrlo, tras Henri-Georges Clouzot, Michelángelo Antonioni y Robert Altman.
El segundo premio en importancia, el Grand Prix del Jurado, recayó en Sentimental Value, drama familiar del director noruego Joachim Trier que cuenta la historia de un padre, director de cine, que quiere que su hija, que es actriz y de la que está distanciada, actúe en su nueva película que se centra también en la historia de su propia familia. Protagonizada por Renate Reinsve, Stellan Skarsgard y Elle Fanning, fue una de las favoritas del público y es el tipo de película que seguramente marchará hacia los Oscars.
La única película en llevarse dos premios en esta edición de Cannes fue la brasileña O agente secreto, del director de Aquarius, Kleber Mendonça Filho: mejor director para él y mejor actor para su protagonista, la estrella de cine Wagner Moura (Narcos). La película, que transcurre en Recife durante los años ‘70, cuenta las desventuras de varias personas que son perseguidas por la dictadura militar en ese país.
España se quedó con el Premio del Jurado gracias a la película Sirat, de Oliver Laxe, galardón que fue compartido con el film alemán Sound of Falling, de Mascha Schilinski. La película española se centra en un padre que busca a su hija en medio del desierto profundo y peligroso de Marruecos mientras que la alemana cuenta la historia de varias generaciones de una familia que habitaron una casa en el campo de ese país.
Los hermanos Dardenne, habitués de este evento, se llevaron otra vez el premio al mejor guión por su película Young Mothers, que cuenta cuatro historias de madres adolescentes que deben decidir entre tener a sus hijos o entregarlos en adopción. El premio a la mejor actriz fue para Nadie Melliti, quien debuta en el cine en La pequeña hermana, de Hafsia Hertz, una película sobre una adolescente musulmana y lesbiana que debe lidiar con ese hecho personalmente y ante su familia religiosa. Por último, un premio especial agregado por el jurado fue para Resurrection, la ambiciosa película del chino Bi Gan que cuenta seis historias diferentes a lo largo de un siglo en China, usando distintos estilos cinematográficos acordes a cada época.
Cannes concluye así una sólida edición en la que se destacaron muchas de las películas de la competencia y que el jurado presidido por Juliette Binoche supo, en la mayoría de los casos, celebrar y premiar. Fue importante, además, para el cine latinoamericano, ya que además de los dos premios recibidos por el cine brasileño en la competencia oficial, una película chilena (La misteriosa mirada del flamenco, de Diego Céspedes) y una colombiana (Un poeta, de Simón Mesa Soto) fueron las grandes triunfadoras de la sección Una Cierta Mirada, la competencia paralela más importante del festival.
A diferencia de otros años, en los que el cine argentino supo participar con varias películas en el festival –en 2008, por ejemplo, tuvo cinco largometrajes en sus distintas secciones, dos de ellas en la competencia por la Palma–, este año la presencia del cine nacional fue ínfima: apenas un corto titulado Tres participó en la competencia de escuelas de cine. Considerando la manera en la que se ha desfinanciado y vaciado el INCAA, es probable que esto siga siendo así por varios años más.