November 9, 2025
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quemar etapas en la formación

  • November 8, 2025
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Vitor Roque –15 goles en el Brasileirão 2025 y 4 en la Copa Libertadores– fue citado la última semana por segunda vez a la selección de Brasil, en

quemar etapas en la formación


Vitor Roque –15 goles en el Brasileirão 2025 y 4 en la Copa Libertadores– fue citado la última semana por segunda vez a la selección de Brasil, en la penúltima convocatoria antes del Mundial 2026 (la primera vez había sido citado en febrero de 2023). El delantero del líder del Brasileirão y finalista de la Libertadores cumplió recién 20 años el 28 de febrero. Explosivo, más sabio en la definición, Vitor Roque le advirtió a su círculo íntimo que quiere escribir su nombre en la historia de Palmeiras, a pesar de las ofertas de clubes de Oriente Medio, la Premier League y la Serie A.

Alejo Véliz –cinco goles en los últimos once partidos del Clausura 2025– es el centrodelantero de Rosario Central, puntero de la zona B y primero de la tabla anual (se aseguró la clasificación a los grupos de la Libertadores 2026). Pieza fundamental, buen juego aéreo y compromiso colectivo, Véliz le da un salto de calidad al ataque de Central, en el que destella Ángel Di María, leyenda del fútbol argentino. “Él fue el puntapié por el que hoy estoy acá”, aceptó Véliz, quien el 19 de septiembre cumplió recién 22 años.

Vitor Roque y Véliz, a pesar de la juventud, ya fueron vendidos a Europa, “jugaron” en más de un club y volvieron a sus países de origen. El brasileño se marchó del Atlético Paranaense al Barcelona a los 19 años, y luego fue cedido al Betis. El argentino, a la misma edad, abandonó Rosario Central y aterrizó en el Tottenham. Más tarde, fue prestado primero al Sevilla y después al Espanyol.

“Al Tottenham llegué con una lesión y no se sabía. Cuando empecé a jugar, entraba cinco minutos y a veces no entraba. Me fastidiaba, me enojaba”, admitió Véliz, feliz en Central, a préstamo desde el club inglés hasta julio de 2026. En los ochos meses en Palmeiras, Vitor Roque encontró apoyo, cuidado y confianza. Comprado en 25,5 millones de euros –el fichaje más caro de Sudamérica– y con contrato hasta diciembre de 2029, tardó 12 partidos en meter su primer gol, un tiempo de adaptación en el que recibió presión de afuera y respaldo interno de Abel Ferreira, DT de Palmeiras. “Hace seis meses, nada me salía bien. Palmeiras me ayudó de un modo extraordinario”, dijo Vitor Roque tras la citación de Carlo Ancelotti.

El riesgo de la fuga de talentos prematuros: quemar etapas en la formación

La partida precipitada de jugadores argentinos y brasileños a Europa –esa fuga de talentos prematuros cada vez más acelerada– conlleva el alto riesgo de interrumpir el desarrollo futbolístico natural (no europeizante). Una venta arrebatada –es decir, no después de haber jugado muy bien al menos un par de temporadas, de consumarse como un jugador “hecho”– puede perjudicar, trabar y estancar. Y, en ocasiones, hasta tirar por la borda del fútbol al jugador. Se habla de “quemar etapas”. Los “quemados” son jóvenes a los que desesperan, desde familiares hasta representantes, por irse ya lejos de casa y a un entorno a veces hostil, porque, dicen, es lo mejor para sus carreras, mas no trayectorias (las carreras implican acelerar, velocidad máxima). No necesariamente les conviene que se queden en Sudamérica, sino que jueguen en los clubes–destinos –que “compitan” y que crezcan– y que vivan en un entorno ameno.

Reinier Jesus es hoy un “viejo” a los 23 años. Comprado a los 18 en 2020 a Flamengo a cambio de 30 millones de euros por el Real Madrid como reacción tras el fichaje de Neymar por el Barcelona, Reinier Jesus, mediapunta, fue cedido en serie a Borussia Dortmund, Girona, Frosinone y Granada (segunda división). Y fue devorado por la saudade. Había jugado apenas 15 partidos en Flamengo. Nunca jugó ni siquiera un minuto en el Madrid. Desde mitad de 2025, tras rescindir contrato con el club español –le quedaba un año–, juega en Atlético Mineiro. Su “valor de mercado”, según Transfermarkt, es de 1,5 millones de euros. “Estuve cedido cinco años. No era feliz”, afirmó Reinier Jesus de regreso a Brasil.

Los clubes más poderosos de Europa ya no compran a futbolistas “hechos”: tratan de asegurarse –porque tampoco les significa una gran erogación a sus niveles– a todos los que pintan para ser muy buenos o cracks, a riesgo de interrumpir el desarrollo en su ecosistema autóctono, de depreciarlos por la falta de roce o de devaluarlos en términos económicos. Apuestas de capital de riesgo.

¿Regresará en breve a River Claudio “El Diablito” Echeverri, adquirido por el Manchester City (64 minutos en la temporada 2024/25) y cedido al Bayer Leverkusen (240 minutos en ocho partidos en la actual temporada)? ¿Y Endrick, quien suma 11 minutos desde que arribó como entrenador Xabi Alonso, saldrá del Madrid a préstamo al Lyon en busca de ritmo durante el semestre previo al Mundial 2026 (no fue citado por Ancelotti a la selección de Brasil)? Echeverri y Endrick fueron comprados por el City y el Real Madrid antes de que cumplieran 18 años, igual que Franco Mastantuono, también por el Madrid, ahora lesionado de pubalgia, pero ya suplente tras partidos fríos luego de un inicio participativo. “Mastantuono –tituló el diario madrileño As– baja a la tierra”.

Tiempos urgentes y acelerados, el fútbol argentino –por acción y omisión– les hace creer a las promesas que Europa es el camino para que desarrollen su última etapa formativa. Las espanta. Y entrega rápido el talento, sin los golpes de horno finales. A César Luis Menotti le gustaban los perros de caza. Un día llamó a un vendedor. “Mire, si quiere venir a verlo, ok, pero el perro no está terminado”, le dijo. Menotti le preguntó: “¿A qué se refiere?”. El vendedor le explicó: “A veces confunde los momentos, cuándo ir a buscar esto o lo otro, o reacciona ante una indicación pero confunde qué debe traer. Le falta afinar detalles. Todavía no está terminado”. Menotti, tiempo después, reflexionó entre amigos: “Claro, hay jugadores que no están terminados, que confunden los momentos para hacer una u otra cosa; hay que terminarlos para que puedan jugar en Primera”. Argentina y Brasil, vendedores de jugadores sin terminar, los reciben de vuelta de Europa con los brazos abiertos.



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