El reconocido actor pone todo su oficio al servicio del debut absoluto de Nicolás Repetto como autor y director teatral en Sala de espera, una obra que, según palabras del propio actor, apunta a dejar “pensando por varios días” al espectador. Pablo Rago protagoniza esta pieza junto a Diego Cremonesi, con la participación de Barbi Siom, en la que se invita a reflexionar en torno a la vida y la muerte, a través de filosos cruces verbales.
La trama presenta a Adrián (Rago), quien toma conciencia de que acaba de morirse y, en un espacio indeterminado —que no termina de definirse qué lugar es— “no es el cielo, ni el infierno, ni el purgatorio”, señala Rago— se encuentra con Ignacio (Cremonesi), un amigo de la infancia fallecido hace un buen tiempo.
Los antiguos compinches repasarán sus respectivas vivencias, las analizarán desde sus distintos prismas y, desde allí, disertarán sobre la finitud de la vida e intercambiarán pareceres sobre la finalidad de cada acto realizado. “El planteo es bien simple. Es lo que empezamos a hacer cuando llegamos a los 40 y pico, y sentimos que nos estamos poniendo mayores. Para qué hacemos las cosas, qué sentido tiene el esfuerzo, qué sentido tiene la educación de nuestros hijos. Hay una cuestión de cómo vivimos la vida y dónde están los valores”, detalla Rago en diálogo con Tiempo.
En tal sentido, el actor, al que el público vio crecer desde muy pequeño delante de las cámaras, destaca la labor como dramaturgo del creador de ciclos como Fax y Sábado Bus: “Está muy inteligentemente planteado en la obra” que puede verse los miércoles a las 21, en el Paseo La Plaza.
“La obra tiene mucho humor y nos vamos a sorprender mucho a medida que avancen las funciones. Me ha pasado con otras obras, que creés que tienen una profundidad, pero tal vez la gente prefiere pasar de largo de esa profundidad. Yo creo que esta es una de esas obras que ves y te quedás pensándola durante tres o cuatro días. Hay cosas que, tal vez, en el momento te pasan de largo, pero terminás reflexionándolas después», sentencia.
«Repetto siempre tiene la gentileza de explicarnos por qué escribió determinado párrafo, además de tenernos paciencia para que eso se nos haga cuerpo –agrega–. Diego es de esos actores preguntones, que necesitan saber el por qué de todo, y Nico te explica todo. Además, lo veo padeciendo esto, en el sentido de que tal vez se da cuenta que algo que quedaba bien escrito no queda bien cuando se dice, y lo tacha”.
Aunque las funciones que lleva adelante con Sala de espera conviven con el gran éxito teatral de Esperando la carroza, donde interpreta a Sergio —el personaje encarnado en la película por Juan Manuel Tenuta—, y en ambas obras aparezca la muerte como uno de los grandes temas, Pablo Rago no encuentra puntos de contacto entre los dos personajes que debe encarar en cada proyecto.
“Desde que empecé a ensayar esta obra, cada vez que se habla de la muerte en la otra se me mezclan un poco las cosas, pero no, los personajes no tienen nada que ver uno con el otro. Sergio vive la muerte con cierto dramatismo, ¡pero se está curtiendo a la cuñada! O sea, le importa poco en realidad, aunque la muerta sea su madre. ¡Es tremendo ese personaje!”, festeja.
Más allá de que precisamente el gran éxito de Esperando la carroza lo mantenía por demás ocupado con múltiples funciones, el actor no se arrepiente de haber aceptado ponerse al frente de Sala de espera. “Cuando la leí me pareció medio un delirio tener que embarcarme en semejante proyecto, tan profundo, con tanto texto, con poco teatro convencional. Pero después de leerlo un par de veces sentí que era algo que me debía. Esta es como una deuda que estoy cumpliendo conmigo”, asegura.
En otro orden, con el asombroso orgullo de haber participado de las únicas dos películas argentinas que ganaron un premio Oscar —La historia oficial (1986) y El secreto de sus ojos (2010)—, Rago se metió de lleno en la crisis actual del cine local, a raíz de la falta de apoyo gubernamental, confirmada cuando se supo que en 2024 y en lo que va de este año, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) no aprobó ningún proyecto.
“Es tristísimo. Me contaban que la gente en los Premios Platino se preguntaba dónde estaban las películas argentinas, porque hubo dos o tres nada más. Es tristísimo encontrar gente que está haciendo series. Está bien y es trabajo de calidad, pero no es lo mismo que una película. Vos ves una serie en una sentada y, a los tres o cuatro días, te olvidaste. Una película tiene otro valor; es para siempre”, reflexiona.
“Durante mucho tiempo nos internalizaron que la cultura es lo de menos, que son todos chorros, que no es importante. El Eternauta, El secreto de sus ojos hablan de nosotros en todo el mundo”, contrapone el actor. Y lamenta, a modo de conclusión: “Hay algo en que nos estamos equivocando. Estamos demasiado mansitos; un poco cagados en las patas porque donde levantás un poco la voz, te lastiman por lugares por donde no querés que se metan. Entonces, es como que se hace difícil decir lo que pensás”. «
Sala de espera
Autor y director: Nicolás Repetto. Elenco: Pablo Rago, Diego Cremonesi, Barbi Siom. Miércoles a las 21 en el Paseo La Plaza, Corrientes 1660 (CABA).