“había procesos impostergables que realizar dentro de la economía argentina”
- June 28, 2025
- 0
En medio de una de las crisis más profundas de la democracia argentina, Fito Páez, el artista que alguna vez fue voz de sueños y pesadillas colectivas de
En medio de una de las crisis más profundas de la democracia argentina, Fito Páez, el artista que alguna vez fue voz de sueños y pesadillas colectivas de
En medio de una de las crisis más profundas de la democracia argentina, Fito Páez, el artista que alguna vez fue voz de sueños y pesadillas colectivas de más de una generación, irrumpió con declaraciones desconcertantes: “Las utopías no sirven para nada”, empezó. No lo dijo entre amigos ni en un rapto privado de desilusión: lo expresó públicamente en una entrevista con la agencia EFE, desde Madrid, en plena gira europea.
Pero no se quedó ahí: relativizó el sufrimiento social derivado del brutal ajuste hoy llamado motosierra y deslindó las responsabilidades del presente de la Argentina en quienes gobernaron antes –el Unión por la Patria– por no haber realizado una “autocrítica a cielo abierto”.
Las declaraciones resuenan con fuerza no solo por venir de una figura central del rock argentino, sino por su contenido y el momento. Un ajuste feroz contra los que menos tienen, represión a la protesta social, endeudamiento crónico con organismos internacionales y un dólar planchado artificialmente cuando, justamente, el Gobierno demuestra impericia o ¿desidia? para juntar los dólares necesarios que primero le den seguridad al Banco Central y luego permitan afrontar los pagos de la deuda generada por los hoy cogobernantes del PRO.
Páez aseguró que “había procesos impostergables que realizar dentro de la economía argentina” -¿bajar las jubilaciones, los salarios? ¿los impuestos a los autos de alta gama, bienes personales?- y habló de un «gobierno estimulante», en abierta disonancia con los artistas que han denunciado el brutal ajuste, el desmantelamiento del Estado, la regresión en derechos básicos y el abandono/desprecio a minorías y disidencias. En un país donde la cultura ha sido históricamente aliada de los sectores populares, su desmarque genera más que ruido: marca una grieta en el frente simbólico.
El autor de “Ciudad de pobres corazones”, aquel que cantó contra la impunidad del poder en los ‘90 y se abrazó a las causas de los organismos de derechos humanos, parece ahora un acomodaticio liberal que se celebra a sí mismo en una serie autobiográfica hecha a su medida y llena estadios en giras que festejan aniversarios de sus discos clásicos. Páez es dueño de sus palabras, adulto y tiene plena libertad de cambiar de opinión y acaso de contradecirse. Pero no deja de llamar la atención que el mismo Fito que hace unos años se sentía “asqueado” por la consolidación de la derecha macrista en la Ciudad de Buenos Aires hoy no denuncie, señale o al menos ponga en discusión el brutal y cruel ajuste de Milei. Por el contrario, su “había procesos económicos impostergables” lo naturaliza y justifica. ¿Quitarle las coberturas médicas a discapacitados también?
Si en algún momento Fito fue portavoz de una épica generacional atravesada por la idea de lo común, de los que resisten a los poderosos, hoy pareciera preferir la narrativa del orden y el sacrificio económico, pero de los que menos tienen, claro. La admisión de que el ajuste lo incomoda “junto a sus hijos” queda rápidamente relativizada por su aceptación resignada del mismo, en nombre de un necesario “cambio de rumbo”.
Otra de las frases que resonó con fuerza fue su acusación directa a la actual oposición -al kirchnerismo en particular- por “no haber hecho una autocrítica a cielo abierto”. El reproche, que choca con las palabras de la propia Cristina Fernández de Kirchner pero podría ser legítimo, saludable y/u opinable en cualquier otro contexto, en el reportaje que concedió a la Agencia EFE suena como la excusa perfecta para Milei en un año electoral. Ante el fracaso de la presidencia de Alberto Fernández -que, más allá de que quedó lejísimos del ideario kirchnerista y sus propias promesas, jamás atacó a las clases populares y disidencias, ni fue negacionista de la última dictadura-, todo lo que sufrimos la enorme mayoría de los argentinos era inexorable, está bien y se alinea con el morbo, la brutalidad y violencia del presidente Milei.
“Las utopías no sirven para nada”, también dijo. Y es otra opinión personal, claro. Pero en el contexto de un gobierno que persigue a quienes creen en las utopías y/o sueños colectivos en las redes y las calles. ¿Está tan alejado el músico rosarino de la vida de los argentinos de a pie que no registra el show de represión de los miércoles en el Congreso, el ataque a periodistas y fotoperiodistas —cuyo trabajo casi se convirtió en un riesgo de vida, no olvidemos a Pablo Grillo, que sigue luchando por su recuperación—?
Es probable que el Fito de hoy, empresario exitoso de su propia marca, haya dejado muy atrás al del 63’. O incluso al de hace un par de años. Ya sea por marketing para nuevas generaciones o por pérdida de empatía con los que realmente sufren. Ese desinterés se parece mucho al que generan todos sus últimos discos y contrasta ampulosamente con las declaraciones y gestos de sus admirados Charly García y el Indio Solari.
El rosarino ya venía haciendo declaraciones peligrosas. En mayo pasado, durante una entrevista con Julia Mengolini en Futurock, Fito Páez se refirió al feminismo con una crítica que empezó por una moralina conservadora y terminó pareciéndose demasiado a una justificación de los femicidios: “Si vas a bailar esa que te van a perrear y garchar toda la noche, es problema tuyo. Después, cuando vayas a defender tus derechos al Congreso, no me pidas que te apoye”.
La frase habilitó lecturas preocupante: la supuesta responsabilidad de las mujeres en las violencias que padecen, en función de sus elecciones culturales. O dicho de otra manera: hoy el perrean es el «tenía la pollerita demasiado corta» de hace un tiempo.
Ojalá algún día vuelva aquel Fito que deslumbró a Charly y al propio Spinetta y nos podamos olvidar de esta versión del Páez libertario friendly.