El presidente está promoviendo un mundo de mano de obra esclava
October 12, 2025
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El peronismo tiene muy pocos referentes históricos que continúan en actividad, focalizados en la formación de nuevos cuadros. Una de ellas es Kelly Olmos, defensora a ultranza de
El peronismo tiene muy pocos referentes históricos que continúan en actividad, focalizados en la formación de nuevos cuadros. Una de ellas es Kelly Olmos, defensora a ultranza de la doctrina peronista y del movimiento obrero. Olmos secunda a Itai Hagman en la lista de candidatos a diputados nacionales por la Ciudad dentro de Fuerza Patria. En diálogo con Tiempo, la exministra de Trabajoanalizó los desafíos que tiene el peronismo durante los próximos dos años del gobierno de Milei. “El presidente está promoviendo un mundo de esclavos, de mano de obra explotada, esclavizada, primaria”, analizó. Y consideró: “La batalla es electoral. Nosotros tenemos que fortalecer las políticas que le pongan límite a este gobierno”.
-Da la sensación que la lista de candidatos a diputados nacionales por la Ciudad de Buenos Aires se armó con una especie de armonía entre las nuevas generaciones del campo nacional y popular y referentes históricos del peronismo. ¿Se pensó de esa manera o salió así de casualidad?
-No, yo creo que la vocación es la unidad y la capacidad de incluir. Esto se expresó en mayo con la lista que encabezó Leandro Santoro para la Ciudad y ahora se volvió a insistir en ese sentido. La idea de que nosotros tenemos en el peronismo de la capital es trabajar sobre la base de incluir y de la unidad. A veces lo logramos completamente, a veces queda algún sector afuera, pero la vocación es esa. Y si no hay cuadros jóvenes, no hay futuro. De manera que, en particular, yo soy una persona muy entusiasta de formar cuadros jóvenes.
-¿Qué desafíos tienen en la Cámara de Diputados en los próximos dos años que quedan del gobierno de Milei?
-Lo primero es ponerle un límite a este proceso de destrucción. La verdad es que lo que está haciendo Milei es extremadamente peligroso para la Argentina. Dañino en el presente y muy gravoso hacia el futuro. Hipoteca muchísimo el futuro de la Argentina. Destruir es muy fácil. Así que lo primero es tratar de que haya un límite en la destrucción que están haciendo. A los efectos de poder impulsar una construcción que pueda reparar, nunca se alcanza incluso a poder reparar todo.
Foto: Mariano Martino
-¿Hay daños irreparables en este gobierno?
-¿Irreparables? Sí, siempre los hay. Sobre todo sobre las personas. Esto es como una bomba neutrónica, ¿viste? Cuidan lo material y ponen a las personas de ajuste. Entonces, los que hoy no reciben los medicamentos que necesitan, ya es irreversible. Los chicos que no se nutren adecuadamente, es irreversible. Muchísimos profesores universitarios, actores del campo científico-tecnológico, que han hecho lo imposible por durar en estas condiciones, finalmente se ven obligados a emigrar. Después cuesta muchísimo volverlos a recuperar, y cada proceso de formación es un proceso extenso, largo, digamos. Y además el tema de la deuda externa, ¿no? Te ponen en una situación muy gravosa.
-¿Dependientes de los créditos internacionales?
-Cada vez más dependientes. No solo de los créditos, ojalá fuera eso. Teniendo como principal acreedor al FMI, vos tenés a los países más poderosos del mundo condicionando tu política.
-Se nota la pobreza acá en la ciudad: hay más gente durmiendo en la calle, muchos negocios están vacíos, varios ya cerraron. ¿Cree que la alianza LLA-PRO sacará la misma cantidad de votos que hace cinco meses?
-Primero, no, no va a haber la misma cantidad de electorado porque cambió el padrón. Este excluye a los migrantes que fue uno de los colectivos que menos votó en mayo. De manera que entiendo que la proporción de votantes va a crecer sobre un padrón más chico. Y creo que sí, que han pasado cosas de mayo hasta ahora, no solo desde el punto de vista de la agudización de la situación social, de la precarización del modelo económico, sino fundamentalmente porque han caído muchas máscaras en torno al tema de la moral privada y la ética pública de los miembros del gobierno. La verdad que en mayo lo que estaba era el tema de las cripto, que tal vez no era tan próximo al conjunto del electorado, ahora está el tema narco y la corrupción en la ANDIS, entre otros.
-Cuando usted era ministra de Trabajo recuperó más de 200 mil puestos laborales en el sector privado, y en los primeros dos años del gobierno de Javier Milei se perdieron más de 220 mil puestos: ¿alcanza con recuperar la capacidad laboral de todos los argentinos y argentinas o la crisis es más profunda?
-Si, la crisis es mucho más profunda. Y la forma de generar trabajo con derechos está siempre más asociada a la política de desarrollo nacional que a la legislación laboral. Los proyectos políticos de los neoliberales en general, que están conducidos por los sectores más concentrados de la economía, dicen siempre que el impedimento para la creación de trabajo formal son las leyes laborales, porque al igual que Milei, que los denomina casta, focalizan en los derechos laborales el problema. Nosotros obviamente no coincidimos con eso. Si uno analiza la trayectoria económica de la Argentina, los períodos donde más trabajo formal se generó tenían estas leyes, y mejores todavía, porque la verdad que la crisis económica ha generado una flexibilidad laboral de hecho. El tema es tener un marco económico que promueva la creación de valor. Y este marco económico que estamos atravesando lo destruye. Tenemos que construir un proyecto de desarrollo nacional inclusivo. Mi generación lo llamaba de producción total, es decir, agregar el mayor valor posible a los recursos que tiene la Argentina.
Foto: Mariano Martino
-¿Y el modelo de Milei qué valor agregado está promoviendo?
-Están promoviendo un mundo de esclavos, de mano de obra explotada, esclavizada, primaria. No están promoviendo la valorización del trabajo, que es la única manera de generar mayores ingresos.
-Dicen que cuando el movimiento obrero no acompaña a un mandatario es el final de ese gobierno ¿Cree que está pasando hoy eso con el gobierno de Milei?
-Nosotros no lo acompañamos desde el principio. Vos recordá que lo primero que hizo Milei fue dictar el DNU 70, que en su capítulo cuarto era un capítulo de desregulación laboral que iba incluso contra la Constitución Nacional. Y antes de cumplirse el primer mes de gobierno ya hubo movilizaciones de la CGT y las dos CTA. Y ahora ese capítulo del DNU está suspendido por los tribunales. Pero nosotros aspiramos a que haya una sanción definitiva que derogue ese DNU 7023 que ya tuvo la derogación por parte del Senado.
-¿Y por qué cree que aún no se pudo conformar una mayoría en Diputados para dar de baja el DNU?
-Hay muchos sectores que ahora se han desplazado más hacia la oposición, pero son los sectores que permanentemente consideraron que había que darle instrumentos de gobernabilidad a Milei, son esos sectores que han impedido la derogación del DNU 70 en la Cámara de Diputados. Por eso esta elección del 26 de octubre es muy importante, porque podría fortalecer cuantitativamente la capacidad del Congreso de poner límite efectivo a estas políticas de tanta destrucción que lleva adelante Milei.
-¿Cómo vio el accionar de la CGT en estos dos primeros años del gobierno de Milei?
-Yo creo que estuvo en la calle desde el primer día. La crítica era que le hicieron un paro antes de cumplirse el primer mes. Ahora, llega un momento en que la capacidad de resistencia del movimiento obrero tiene un límite. Y ese límite se tiene que superar políticamente. Entonces, para nosotros, la batalla que está ahora es electoral. Nosotros tenemos que fortalecer las políticas que le pongan límite a este gobierno. Por eso pedimos el voto a Fuerza Patria.
-Y después de las elecciones, hablando del movimiento obrero, ¿Usted cree que se necesita una nueva conducción más aguerrida o más dialoguista?
-Bueno, eso lo definirá el movimiento obrero. En el peronismo, el movimiento obrero tiene que tener las dos alas. La que va al frente y la que negocia. Eso ha sido así históricamente. El tema es construir una conducción que pueda incorporar esas dos situaciones a una misma estrategia. Ahí está la cuestión.
-¿Con otro triunvirato?
-No sé eso, lo tienen que definir los trabajadores. Mirá, también Perón decía, hay momentos en que aparecen los liderazgos personales, y momentos que si no aparecen esos liderazgos personales, se tienen que suplir con institucionalidad.
-¿Y aparecieron esos liderazgos hoy en día?
-Veremos si aparece. Y hay que construirlo, están trabajando. Hay una convocatoria para el 5 de noviembre para definir la nueva conducción de la CGT y de hecho, además, también hay otras dos centrales. De modo que siempre va a tener que haber algún ámbito institucional que hasta ahora, incluso durante nuestro gobierno, funcionó bastante bien.
-¿El camino no lo están marcando también las dos CTA que van hacia la unidad?
-Es que entienden que la unidad de los trabajadores es esencial, digamos. Mirá, Evita daba clases junto a Perón en la Escuela Superior de Conducción Política, y las clases de Eva Perón están editadas en el libro Historia del Peronismo. En una de ellas, Evita interpela a la audiencia y le dice ‘¿Por qué los ricos, siendo menos, terminan siempre imponiendo sus políticas sobre los pobres que son más?’ Porque los dividen, respondió. Entonces, siempre la construcción de la unidad es el desafío. Cuando uno tiene vocación de construir un movimiento mayoritario, siempre sabe que tiene que lidiar con las diferencias. Porque si vos solo querés tener una minoría intensa, bárbaro para marcar posición. Pero para para cambiar las cosas hay que aceptar y asumir el desafío de construir con los distintos.
-¿Una reflexión final sobre todo el contexto político electoral?
-Yo vivo este contexto político con mucho dolor. La verdad que percibo un nivel de retroceso extremadamente doloroso. Que es funcional a la situación que pasa en el mundo, no está desconectada de esa situación. Y vuelvo a decirte, para mí destruir es muy fácil, construir va a ser lo difícil.