October 12, 2025
Entretenimiento

Silvio Rodríguez sigue conmoviendo con la palabra justa, la melodía perfecta y el sueño de la revolución

  • October 12, 2025
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El canto colectivo sana y reconforta, infunde esperanza y renueva el compromiso. El público que acompañó este sábado a Silvio Rodríguez en el primero de sus tres recitales

Silvio Rodríguez sigue conmoviendo con la palabra justa, la melodía perfecta y el sueño de la revolución


El canto colectivo sana y reconforta, infunde esperanza y renueva el compromiso. El público que acompañó este sábado a Silvio Rodríguez en el primero de sus tres recitales en Buenos Aires salió del Movistar Arena más optimista de lo que había entrado.

El trovador cubano regresó al país tras siete años con un show en el que combinó himnos de su repertorio con temas nuevos. Sin estridencias, sin pantallas gigantes. Sin Milo J, que acaba de grabar con él, ni hits como “La maza” y “Ojalá”.

A pesar del fuerte resfrío que afectó su voz y por el que pidió disculpas, a sus 78 años y a fuerza de poesía y melodías perfectas, hizo vibrar al recinto repleto, acompañado de un septeto que incluye a la flautista Niurka González, su pareja, y a Malva, la hija de ambos, en voces.

Silvio Rodríguez sigue conmoviendo con la palabra justa, la melodía perfecta y el sueño de la revolución
Silvio Rodríguez y la primera de tres noches agotadas en el Movistar Arena.

La noche arrancó con palabras de José Martí: “Ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto es el único modo de ser libre. Pero, en lo común de la naturaleza humana, se necesita ser próspero para ser bueno”.

El primer tema fue “Ala de colibrí”: “Hoy me propongo fundar un partido de sueños”, cantó Silvio y dejó asentada la premisa de la noche. Le siguió “Sueño con serpientes”, un clásico y el primero de muchos que sería coreado por todo el público de principio a fin.

“Virgen de Occidente”, “Viene la cosa”, “La bondad y su reverso” precedieron a “Pequeña serena diurna”, una canción que todos cantaron con fuerza, que hizo brotar las primeras lágrimas y que desató ovaciones: “Soy feliz, soy un hombre feliz y quiero que me perdonen por este día los muertos de mi felicidad”.

“Nuestro después”, quizá el tema más hermoso de su último disco Quería saber (2024), recordó que el maestro cubano ya tiene sus años y piensa en el legado de su generación y el mundo por venir. Le siguió “Casiopea”, en el mismo tono reflexivo.

La “Tonada del albedrío” volvió a mostrar al Silvio más combativo, que citando a Ernesto “Che” Guevara cantó que “en el imperio mañoso nunca se debe confiar” y desató una ovación, seguramente con el reciente “rescate” de Estados Unidos, entre tantas otras intervenciones recientes del imperio, en la mente de muchos.

Silvio Rodríguez sigue conmoviendo con la palabra justa, la melodía perfecta y el sueño de la revolución
Silvio Rodríguez con el pañuelo palestino

El cubano invitó luego al poeta Jorge Boccanera a recitar cinco textos en un interludio que dividió en dos la velada. Volvió para hacer tres versiones de compatriotas: la hermosa “Creeme” de Vicente Feliú, la conmovedora “Te perdono”, de Noel Nicola; y el clásico de clásicos “Yolanda”, de su fallecido compañero de aventuras Pablo Milanés, que también fue coreado por todos y ovacionado fuerte.

Rodríguez interpretó después un tema que dedicó a Pepe Mujica pocos meses antes de la muerte del expresidente uruguayo. “Más porvenir” destaca que la venganza y el resentimiento no fueron nunca el camino elegido por este referente latinoamericano: “Supe arrancarme clavos y seguir sonriente. No quise ser esclavo
de una cuenta pendiente”.

Silvio Rodríguez sigue conmoviendo con la palabra justa, la melodía perfecta y el sueño de la revolución
Silvio Rodríguez volvió a la Argentina tras siete años.

“Eva”, canción bandera del feminismo, también fue aplaudida, sobre todo en la reconocida frase “Eva deja de ser costilla”. “La canción del elegido”, otra dedicada al Che, fue una de las más cantadas (“La última vez lo vi irse entre el humo y metralla contento y desnudo. Iba matando canallas con su cañón de futuro”). “Quién fuera” y “Te amaré” resultaron de las que más conmovieron. ¿Hay canciones de amor más hermosas?

Silvio leyó después, enfundado en una kufiya, el poema “Halt!” de Luis Rogelio Nogueras, escrito en Cracovia en 1979 y de enorme actualidad ante el genocidio que padece el pueblo palestino en Gaza. Nogueras le habla a parte del pueblo judío después del Holocausto: “Pienso en ustedes y no acierto a comprender cómo olvidaron tan pronto el vaho del infierno”. Una nueva ovación y gritos de “Palestina libre”.

La noche iba llegando a su fin. Vinieron otros clásicos para cantar juntos: “La era está pariendo un corazón” y “Ángel para un final”. Llegó después el himno más combativo del cubano, “El necio”, esa canción con la que nos comprometemos a no ceder jamás en nuestros ideales y la que más fuerte sonó en la voz de los miles que llenaron el Movistar Arena: “Yo no sé lo que es el destino. Caminando fue lo que fui. Allá Dios que será divino. Yo me muero como viví”.

Tras el saludo oficial con el público de pie gritando “Silvio, Silvio”, el cubano volvió solo con su guitarra y ya con un hilo de voz regaló otros dos de sus temas más emblemáticos: “Historia de la silla” y “Rabo de nubes”, canto de fe y esperanza que quedó sonando en la noche de Villa Crespo.

El recital de Silvio Rodríguez duró algo más de dos horas y condensó una manera de ver el mundo. Le cantó a unos ideales heridos pero no vencidos y levantó las banderas de la revolución posible, del hombre nuevo que aún puede nacer y del amor: por los pares, por la patria, por la vida.

El público entonó los cánticos esperables en esta reunión de amigos una noche de la era Milei: desde el clásico “La patria no se vende” hasta el novísimo “Karina es alta coimera”, pasando por el eterno “Cuba, Cuba, Cuba, el pueblo te saluda” y el esperanzador “Vamos a volver”.

Fue “un auténtico acto de desagravio a la música, al buen gusto… y a los oídos de millones de argentinos”, como predijera unos días antes la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner tras la visita de Rodríguez a su domicilio en clara referencia al show musical que el actual mandatario perpetró en ese mismo espacio el lunes pasado. Quedan dos fechas más de exorcismo.

Silvio Rodríguez sigue conmoviendo con la palabra justa, la melodía perfecta y el sueño de la revolución

Silvio Rodríguez

Sábado 11 de octubre en el Movistar Arena.



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