Dólares y los temores del mercado por los comicios legislativos
- October 12, 2025
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Las diez ruedas cambiarias que restan antes de las elecciones ya no lucen tan complejas como hace una semana. Aunque todavía no se conoce la letra chica del
Las diez ruedas cambiarias que restan antes de las elecciones ya no lucen tan complejas como hace una semana. Aunque todavía no se conoce la letra chica del
Las diez ruedas cambiarias que restan antes de las elecciones ya no lucen tan complejas como hace una semana. Aunque todavía no se conoce la letra chica del plan de respaldo de dólares del Tesoro norteamericano —que se revelará tras el encuentro entre Donald Trump y Javier Milei del próximo martes 14 en la Casa Blanca—, está claro que el escenario cambió por completo.
La inyección de confianza que generó el apoyo estadounidense contrarrestó el impacto político de los tropiezos recientes del oficialismo, especialmente el caso Espert. Sin embargo, entre los operadores financieros se instaló una pregunta inquietante: ¿qué ocurrirá si los dólares llegan, pero el Gobierno pierde poder político en las urnas?
La jugada inesperada del Tesoro norteamericano, que decidió intervenir en el mercado local “comprando pesos”, alteró de raíz las expectativas. Los bonos se dispararon, las acciones recuperaron terreno, el riesgo país volvió a ubicarse debajo de los 1.000 puntos y la presión sobre el dólar se desinfló. El movimiento del Tesoro fue interpretado como un mensaje inequívoco: Washington no dejará que Argentina caiga en una corrida antes de los comicios.
“El acuerdo para intervenir bilateralmente es, por definición, creíble. En este contexto, las bandas cambiarias pasan a un segundo plano”, explicó Pablo Guidotti, exsecretario de Hacienda.
La definición del secretario del Tesoro, Scott Bessent, de que “la banda cambiaria sigue siendo adecuada” para el programa económico del Gobierno reforzó la sensación de estabilidad. Pero el interrogante ahora apunta a lo que ocurrirá después del 26 de octubre.
Un informe de Invecq advirtió que “la actividad económica sigue mostrando fatiga y dependerá tanto del resultado electoral como de la inevitable recalibración cambiaria posterior a los comicios”.
En estas dos semanas, el humor de los mercados mejora, pero la dolarización preventiva de ahorros y activos continúa como práctica recurrente. Las familias y empresas se cubren, aunque ya sin la sensación de que el Banco Central está solo.
El respaldo norteamericano disipó los temores sobre la disponibilidad de divisas para afrontar el próximo vencimiento con bonistas —USD 4.300 millones el 9 de enero—, una preocupación que hasta hace días parecía inminente.
El nuevo swap por USD 20.000 millones, sumado a los proyectos de inversión en inteligencia artificial y energía, más el acuerdo YPF–ENI, delinean una seguidilla de buenas noticias en un momento clave de la campaña. Pero el mercado sabe que los dólares pueden no alcanzar para compensar un mal resultado político.
La derrota bonaerense del 7 de septiembre fue un golpe electoral que aún resuena. El escándalo por la renuncia de José Luis Espert desorganizó la campaña y reavivó tensiones internas. “No se puede hacer campaña si todos te preguntan por Espert”, se escuchó en los pasillos de La Libertad Avanza.
Mientras tanto, el oficialismo pelea para que la boleta única no exhiba la foto del candidato renunciado. El daño político, sin embargo, ya está hecho. En los mercados, se hacen cálculos sobre el escenario que combinaría estabilidad cambiaria con un resultado electoral adverso. La pregunta es si el Gobierno podrá sostener su programa económico con los dólares de Washington, pero sin el respaldo legislativo necesario para aprobar reformas estructurales.
El mileísmo sobredimensionó el peso simbólico de octubre, al plantear que solo un triunfo contundente permitiría avanzar con las reformas tributaria, laboral y previsional. Pero la realidad parlamentaria es otra: incluso con un resultado favorable, La Libertad Avanza estará lejos de cualquier mayoría.
El objetivo del Gobierno apunta ahora a alcanzar 86 diputados, el número necesario para ratificar un veto presidencial. No haberlo logrado en temas sensibles —como el financiamiento universitario o la emergencia en discapacidad— dejó en evidencia los límites de su poder legislativo.
El esquema económico diseñado por Luis Caputo requiere ingresos periódicos de divisas para sostener su equilibrio. En lo que va de la gestión, el Gobierno recurrió a múltiples fuentes: los dólares “del colchón” de los argentinos, dos cosechas excepcionales gracias a la baja de retenciones, un REPO internacional, un blanqueo de más de USD 20.000 millones y desembolsos del FMI.
La reciente “compra de pesos” del Tesoro norteamericano se suma a esa lista de auxilios externos, aunque su duración es incierta.
Los inversores evalúan ambas caras del escenario: la mitad llena muestra a un Gobierno respaldado por Washington, con reservas fortalecidas y un dólar contenido. La mitad vacía exhibe a una administración con poco margen político para llevar adelante las reformas que definen su identidad.