July 6, 2025
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Deportivo Español y un freno al avance del Gobierno de la Ciudad

  • July 5, 2025
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–Les pido por favor que abandonen las instalaciones. Es el viernes 30 de junio de 2000 y quien habla desde la vereda de Santiago de Compostela 3801 es

Deportivo Español y un freno al avance del Gobierno de la Ciudad


–Les pido por favor que abandonen las instalaciones.

Es el viernes 30 de junio de 2000 y quien habla desde la vereda de Santiago de Compostela 3801 es la síndica que atiende en la quiebra de Deportivo Español. Lo dice así: “por favor”. Del otro lado de la puerta, cientos de socios le responden colocando candados en la reja de entrada y quedándose del lado de adentro. Comienza una acción que años después se conocerá simplemente con el nombre de “La toma”.    

Tres años antes del pedido de la síndica, el 1 de junio de 1997, Deportivo Español le había ganado a Boca en la Bombonera 3 a 1. Para cualquier equipo modesto ganar en la Bombonera o el Monumental es tocar el cielo con las manos. Pero aquel 1 de junio estuvo lejos de ser glorioso, más bien fue el comienzo de una pesadilla. Seis jugadores del plantel (Gustavo Campagnuolo, Pablo Guede, Sergio Castillo, Eduardo Fuentes, Marcelo Pontiroli y Mauro Potenzoni), advertidos de una omisión en las cláusulas de sus contratos que les permitía quedar libres al mes siguiente con el pase en su poder, reclamaron al club la libertad de acción. Francisco Rios Seoane, presidente de Español, se las negó. Comenzó así la huelga de futbolistas que suspendió más de un mes el fútbol. Los jugadores obtuvieron el pase libre y Español, afectado en su patrimonio, comenzó una debacle que lo llevó a descender en 1998 y a la quiebra en 1999. El juez Juan Garibotto le dio un año de gracia al club para saldar una deuda millonaria. Transcurrido ese plazo, envió a la síndica con fajas de clausura a la sede de Español a pedirle a los socios que “por favor” abandonen las instalaciones.

Español resistió el embate judicial, pero sólo un tiempo. En 2003 la situación financiera se volvió insostenible y el club cerró sus puertas. Fueron años en los que mantuvo su plaza en AFA, pero debió cambiar su nombre a Social Español y gitanear de local por varias canchas. En 2006 sus instalaciones fueron a remate. Una multitud se congregó en el juzgado para pedir que sea el Gobierno de la Ciudad quien expropie los terrenos y se los dé al club para poder seguir funcionando. Fue lo que sucedió. Español estuvo a milímetros de dejar de existir, lo salvaron la lucha de sus socios y la gestión del jefe de gobierno Jorge Telerman. El ejecutivo porteño, a través de la Corporación Buenos Aires Sur, se lo cedió al nuevo Club Social, Deportivo y Cultural Español de la República Argentina. Así, el 30 de abril de 2007, tras cuatro años de abandono y amenazas de intrusión, las puertas de Santiago de Compostela 3801 volvieron a abrirse. Nadie imaginaba que la alegría duraría tan poco.

Deportivo Español y un freno al avance del Gobierno de la Ciudad

En diciembre de 2007, Mauricio Macri asumió como jefe de gobierno. El mismo Macri había intentado en 1993 comprar la plaza de Español en AFA, mudar su localía a Mar del Plata y reemplazar su nombre por “Mar del Plata Fútbol Club”. El proyecto fue rechazado. Ya como alcalde porteño, Macri concretó su sueño. Tomó nueve de las 16 hectáreas de la ciudad deportiva de Español, se las quitó al club y estableció allí la escuela de policías locales, dejando a los socios sin piletas, canchas de tenis, básquet y hockey. La masa societaria de Español, que supo ser de 20.000 socios, pasó a ser de 1500. El gobierno porteño firmó con el club un comodato en 2008 por diez años, permitiendo a Español usar siete hectáreas. Cumplido ese plazo, en 2018 fue el propio gobierno el que se negó a prorrogar el comodato por otros diez años y reclamó dos hectáreas más del terreno. Los socios de Español se plantaron en la negativa bajo la consigna “Español no se toca” y comenzó un tira y afloje que dejó a la institución en un limbo legal en cuanto al uso de sus tierras.

Deportivo Español quiere resurgir

El tiempo siguió transcurriendo sin definiciones sobre la situación, hasta hoy. En la Legislatura de CABA, la diputada María Sol Méndez -de Confianza Pública, el partido de Graciela Ocaña- presentó un proyecto para que Español pueda conservar las hectáreas que actualmente dispone y extender el plazo de uso por lo menos hasta 2048. “Español es el único club en la historia en perder su predio”, dice Méndez, eufórica tras el acompañamiento del cuerpo legislativo, que el jueves aprobó con 54 votos afirmativos y cero negativos la primera lectura del proyecto de ley. “Este es un primer paso para el renacimiento del club”, agregó. Por el lado del peronismo, el bloque más numeroso de la Legislatura, el diputado Andrés La Blunda celebró: “El club acompañó el desarrollo urbano y habitacional en una zona que estaba muy despoblada”.

Al tratarse de un proyecto urbanístico, la legislación establece un sistema de doble lectura. Esto significa que, a la votación del jueves, habrá que agregarle una nueva votación. La segunda votación también requiere mayorías especiales. “El año pasado impulsamos el proyecto de restitución histórica de las tierras de Platense en Manuela Pedraza y Crámer. Siempre vamos a acompañar proyectos que estén en sintonía con los lineamientos estratégicos que tenemos para la Ciudad, aunque los presenten diputados de otros bloques”, dice La Blunda. El proyecto de Méndez no es de “restitución histórica”: eso implicaría devolverle a Español todas las hectáreas del predio, algo que no está contemplado en el texto de la ley. “Lo que estamos haciendo es reparar el daño que sufrió la institución”, dijo Méndez.

Los hinchas y socios de Español que se acercaron el jueves a la Legislatura, después de casi tres décadas en un tobogán infinito, ven una luz de esperanza que les permita resurgir. Hoy es 6 de julio. Hace 25 años, después de sostener la toma por seis días, un grupo de socios y socias le ganó la pulseada al juez y a la síndica y logró que Español siguiera funcionando. Un cuarto de siglo después, mantienen vivo ese reclamo elemental: seguir existiendo, poder desarrollarse y dejarle a las próximas generaciones un club modelo como el que sus padres y abuelos fundaron cuando llegaron de España. «



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