October 26, 2025
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Dictadura

  • October 26, 2025
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¿Qué somos en una dictadura? ¿Cómo nos comportamos? ¿Cómo se traslada ese mundo dictatorial a la vida cotidiana? ¿Cómo es el jefe nuestro? ¿Cómo es el dueño del

Dictadura


¿Qué somos en una dictadura? ¿Cómo nos comportamos? ¿Cómo se traslada ese mundo dictatorial a la vida cotidiana? ¿Cómo es el jefe nuestro? ¿Cómo es el dueño del comercio donde trabajamos, el encargado de la fábrica, el vecino, la persona que camina por la vereda? ¿Qué se toma del autoritarismo que deriva de las dictaduras?

Son apenas algunas disquisiciones sobre lo que nos pasa en las dictaduras. ¿Qué ocurre con la vida cotidiana? ¿Cómo nos vamos entregando a una forma de vida sin solidaridad y con mucho miedo y cómo nos condiciona en el futuro?

Ese es el concepto de un capítulo que clave, fundamental, de un libro que por estas horas presento en el Uruguay, por Editorial Sudamericana. Y que en un par de semanas saldrá en la Argentina: Un ciudadano común en dictadura.

Esa pregunta es central: ¿por qué, de qué modo condicionan abrupta o paulatinamente la vida de cada uno de nosotros para adentrarnos en una convivencia individualista y temerosa de lo que sucede en nuestro mundo?

Se trata de un trabajo de un ciudadano común, cuando se cumple 40 años del retorno de la democracia en Uruguay y cercano a los 50 años del comienzo de la dictadura en Argentina. Confluyen ambas fechas y circunstancias: siempre se habla de las dictaduras en función de los militares, de las torturas, de los militantes, de la muerte, de los héroes que lucharon frente a regímenes profundamente injustos y, equivocados o no, dejaron nada menos que la vida por sus ideales. Los ciudadanos comunes nos exhibimos como podemos en esos tiempos.

Tiene que ver con el deseo de hablar de un ciudadano de a pie. Hubo y habrá muy buena literatura sobre lo que ha sido la lucha de los militantes tanto en Uruguay, como en Argentina y Chile particularmente. Este texto, en cambio, está pensado desde el lugar de la persona al que la realidad lo lleva a una forma de relaciones con menos solidaridad y con creciente tensión en cada una de sus actitudes. Tiempos oscuros aquellos y también los presentes. Los que inspiraron el libro, los que inspiran estas reflexiones que podrían reflejarse en un pasado y un presente que se interrelacionan, se entremezclan, se fusionan.

El pasado

Así, el libro toma los archivos que la junta de comandantes, la inteligencia del Ejército oriental, escribía sobre mi persona. Esa primera parte está dedicada a los trabajos oscuros de los comandos: los militares me veían muy mal, como comunista, como un hombre de izquierda, como quien le daba la palabra a los militantes que estaban en el exterior o que hacía campaña por transmitir (miren qué modestia dentro de todo) los Juegos Olímpicos 1980 que se disputaban en Moscú… Salíamos con los móviles, el programa era de medianoche pero muy escuchado: Hora 25. Entrevistábamos a los deportistas impedidos de ir o a la gente y le preguntábamos: «¿Qué le parece que no vamos a los Juegos?». Eran travesuras radiales: en realidad no se puede hablar de “la lucha”, que es un término para quien estuvo a punto de dejar la vida o el que la dejó. Eso va por otro lado. Mi equipo y yo nos conducíamos de un modo de comportarse que era esquivo a los dictados de la época. Y eso le producía un tremendo escozor a ese gobierno de facto. Generaron tremendos archivos secretos que pude recuperar e incluyo, fotografiados, en este libro. Más de diez años en los que me tuvieron en la mira, siempre observando qué era lo que hacía. Porque sin recorrer los caminos de la valentía de los que verdaderamente lucharon, como ciudadano común en dictadura tenía la responsabilidad como periodista, de demostrar qué era lo que pensaba. Luego la historia es conocida. El cruce del Río de la Plata. Una vida desarrollada de este lado del charco.

El presente

¿Cómo penetró la dictadura y el comportamiento autoritario en toda nuestra vida? Decididamente se refleja en muchos de nuestras actitudes, reflejos y circunstancias de la vida posterior, de modo más o menos consciente y condicionado, en cada acción de ciudadanos. Por caso, en tiempos electorales, como el actual de la Argentina. Miremos lo que nos pasa. Comprendamos los miedos y condicionamiento del ciudadano cuando no se anima a nada y se va acostumbrando, se va habituando. Una de las cosas que nos ocurre: naturalizar aquello que nos espanta, como ahora naturalizamos lo que nos espanta del actual gobierno argentino y compañía

Por ejemplo, la banalización de la estupidez humana es una impronta de este tiempo. Incapaz de reflexionar sobre las consecuencias morales de sus dichos, el presidente nos acostumbró a reírnos de lo que nos duele. Nada menos. A naturalizar las ofensas más atroces, con el odio saltándole por los ojos y la garganta estremecida. Lo naturalizamos sólo porque las dice Milei: puede decir cualquier disparate. A nadie en el mundo podría ocurrírsele, por ejemplo, como lo hizo, mencionar al narcotráfico en esta campaña diciendo que están acabando con ese flagelo: tiene a Espert afuera, a Villaverde con Machado, a Bullrich con Lácteos Vidal, Machado y Bruzzone, y con Bruzzone a Fargosi. ¿Cómo es que se le ocurre poner el tema en sus últimos discursos de megáfono? Pero todo en él es banal, intrascendente, absurdo. Y entonces pasa.

En Argentina se vive hasta la exageración el temor a lo que digan en el mundo. Y ahora, cuando Milei arrastra a la nación a la peor de las humillaciones, cuando se vuelve un personaje estrafalario en los programas de tele de todo el planeta, el asunto pasa… Cuando endeuda a la República ante Trump y Bessent como si fuera un gato maula, miramos la cotización del dólar y no tomamos conciencia del desastre que deja para cada minuto del futuro. Nos entretenemos con los títulos de la mafia de Clarín y las volteretas que, en torno a Milei, dan algunos tipos de la tele, con el humor que le destinan. Pero el horror no cesa. Un dato psicológicamente certero para analizar a quién es el que actúa de che pibe de las corporaciones argentinas.

¿Cómo es posible que haga lo que hace con el Garrahan, con los jubilados, los discapacitados, entre tanto y tanto? ¿Cómo es que el gansterismo mediático pone por encima de todo el cambio de ministros de la semana que viene? ¿Hay otro tuit de Bessent esta mañana? ¿Trump, estás ahí?

¿Podremos apretar game over y empezar de nuevo, después de Milei? ¿Cómo penetró la dictadura y el comportamiento autoritario en toda nuestra vida? Lo traslado a este tiempo que nos toca vivir. Aún somos una consecuencia de las dictaduras en nuestros comportamientos ciudadanos. El hombre común, sus temores, sus cobardías, su acondicionamiento a lo que está pasando.



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